TU AUSENCIA



A veces me quedo mirando su ausencia,
ese gran volumen que me impide abrir los ojos,
que casi todo lo copa.
Al verla, no me nacen las palabras,
de tanto mirarla se desgasta,
se evapora su recuerdo.
A veces, me quedo mirando las grietas
que ha dejado al contenerla,
restos de tinte de sus imaginarias ropas
han pintado las paredes,
y el rastro de su mirada
cambió el color de las sombras,
abandonadas en las gélidas baldosas.
Medito el silencio, producto del vacío
que ha dejado al marchar,
y entonces pienso en su boca,
sus labios carnosos moviendo palabras,
y recuerdo los tonos graves de su voz amada.
Pero no está, y su ausencia lo llena todo.
Y en silencio sepulcral,
cruzando las manos en ruego,
no puedo más que esperar
a que regrese de nuevo
con la forma que quiera.

Marga Escuder Gea



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